Me pasa algo raro: contra más me ofenden, mejor trato le propino a los que me ofenden.
No soy capaz de pagar con la misma moneda. Si me entero de que alguien estuvo hablando mal de mi, quedo igual, que no quiero decir que me de igual.
Si sé que a alguien le caigo mal y no me soporta.No me enojo.
Al contrario, soy igual de simpática, dulce, quizás comprensiva y dispuesta a escuchar y a entender. Sobretodo la quiero entender y lo mejor es que encuentro justificaciones.
Debo ser una cobarde irredenta.
Ayer por ejemplo, encontré a una persona que me hablaba de otra, otra que no me soporta, sé que me ha dejado verde, si puedo definir un color y yo conversando sobre su vida. Pienso que, como soy consciente de tener "este problema" mejor me hubiera callado, sin embargo no debo entrar en la vida de los "que no me soportan= vete a tomar viento".
Supongo que prefiero ser un mar de aceite a un río revuelto.
A veces he pensado que el mío es un gesto que implica subestimar al otro o que los conflictos me ponen loca, que no les soporto. También debo diferenciar la familia, de los amigos, compañeros de trabajo. En familia, reconozco que soy diferente, no mucho, pero un poco más.
Siento que estoy un poco más allá.